CODA
Coda [1.4.14] Aún no había tenido tempo de colgar en el blog la entrada anterior cuando ya hacen su aparición motivos para seguir desesperando. Esta claro que acerté cuando dije que era mejor tomar distancia del manicomio en que se está convirtiendo la opinión publicada. Dos ejemplitos. Uno de arena y otro de cal. El primero: El esforzado columnista de “El Mundo”, que hoy dice lo que a continuación les trascribo, bajo el sugerente título de “ Las manifas ”: “ El último cancan vino por el cruce de hostias que coronó las nobles Marchas por la Dignidad entre una recua marginal de lanzapiedras y un feroz despliegue de policías ”. Enternecedora manera de contar lo que pasó y aun mas enternecedora forma de referirse al despliegue policial, que siempre es, como es lógico y todo el mundo sabe, “feroz”. Lo otro es un simple “ cruce de hostias ”, nada que deba inquietarnos, algo lógico y natural en las marchas nobles y (por supuesto, por supuesto) pacíficas. Lo de “ la re